EL ZOO PORNO

Este cuento tiene como principio el sentimiento menos expresivo de nosotros los hombres; y de nuestros deseos que muy dentro tenemos.

Fue un viernes, y en ese momento me encontré leyendo un periódico del jueves. Ese periódico del jueves proyectó un texto curioso y pude leer de un “Zoo Porno” en donde se exhiben los especímenes de un mundo de un destino ruin. Leí ese texto y pude percibir un conjunto de iconos de texto que pudieron decirme: “Visite nuestro Zoo Porno, especímenes del nuevo y viejo mundo”. Recuerdo ese momento; mi sentimiento de morbo y miedo fueron uno mismo, pues los especímenes no fueron de reptiles o peces, sino de mujeres de buen ver, un Zoológico de mujeres en costos módicos y “justos”. - “Un buen hombre en deseo de su mujer”- fue el texto en mejor posición.

Mi enorme deseo de ver esos cerdos burgueses obteniendo un premio de sueño erótico reprimido me hizo querer ver el sitio, ese terreno de un vender ilícito.

Busqué mi sombrero y me dediqué en que ese sentimiento se quede en ese sitio, muy dentro de mí. Emprendí mi recorrido y en ningún momento despegué de mi mente el sentimiento de odio y repudio, y de ese sentimiento lujurioso que estuvo presente en mi mente.

Por fin llegué, me mostré y ofusqué siendo un sujeto como los presentes. Me senté y disfruté del show que nos dejo perplejos mucho tiempo. El tiempo se extendió y en él me encontré respondiendo incertidumbres que se hicieron presentes; lo primero, el por qué me encontré junto esos hombres que desde tiempos remotos hicieron obtener este sentimiento profundo de repulsión desde lo profundo de mi ser. Después de eso, pensé el por qué de ese impulso que procuró que individuos como esos visiten y derrochen el dinero en momentos como ese, pero después de un enorme tiempo de reflexión obtuve ese momento respondí mi enorme sentir. El mundo es un globo lleno de especies horribles con un nombre en común, El hombre.

¿Un texto no interesante? Intenta contar las "A" (sin contar ésta)