12 enero 2015

EPÍLOGO

Se dice que el tiempo sana cualquier herida, no es así. 

Poco a poco empezamos a olvidar sin darnos cuenta. Lo que desconocemos, o lo que no queremos aceptar, es que el corazón jamás olvida. 

Cuando recuerda, aquella herida se hace notar, como recién hecha. A veces sangrando, a veces ardiendo como el mismísimo infierno.