Lo primero que hacemos es ubicarnos en un hotel, cada quien su habitación y nos encontramos después en un comedor que se encuentra en una planta alta, donde grandes ventanales deja entrar perfectamente la luz del día y se puede percibir una preciosa vista al mar.
De pronto es de noche y salgo a pasear
por el rumbo con mi perrita raza labrador llamada Nala, como acompañante.
En el mismo muelle que vi al llegar se percibe un aire distinto, ahora todo
está iluminado por luces neon, juegos mecánicos y la presencia de la gente, suficiente como para poder
pasear tranquilamente.
Nala y yo caminamos alegremente y súbitamente un terremoto rompe la tranquilidad del lugar, no pasa nada grave como pensamos, sin embargo aparezco con otras ropas, una atuendo descuidado, la ropa desgarrada, pero aún así, parece que soy el único que viste de esa manera.
Nos apresuramos a llegar al hotel para cerciorarnos de que la familia se encuentra bien.
Llego al comedor en la planta alta, hay un tv cerca y una multitud ve los acontecimientos que
ocurren. Al parecer el terremoto fué causa del movimiento de las placas tectónicas al juntarse los continentes a una velocidad impresionante.
Todas las personas de alrededor parecen asustadas pero a la
vez emocionadas.
Busco a Nala entre la multitud y veo que sufre una transformación en gato. Ella se siente feliz y diferente, así que sale por
la ventana y trepa el edificio como emocionada de probar su nuevo cuerpo. Ella escala una cupula de vidrio hasta subir al
punto más alto, en donde se llena de miedo y queda paralizada por el
vertigo que provoca la altura. Subo por ellá y la tomo entre mis brazos, veo que
su cuerpo cambia de repente, como un holograma. -Sus moléculas están inestables- me auto explico muy convencido de mi
razonamiento.
Con Nala en forma de gato, vemos al horizonte. Del mar
queda muy poco, sólamente vemos una masa gigante de tierra
acercándose amenazante.