Tal vez no lo sepas, tal vez no te interese, pero lo que empezó como un juego terminó convirtiéndose en algo más real que la vida misma.
Quién diría que una aventura trascendiera más allá de las expectativas. Nadie imaginaba que encontraríamos algo que no buscábamos. Eso que empezó como algo enteramente superficial, penetro totalmente en mis entrañas, como un virus mortal e incurable.
No sé qué me duele más: el echo de jamás volver a sentir la fricción fulgurante de nuestros labios, que en cada rose estremecían cada célula de mi cuerpo; o el echo de quedarme con esas ganas de enamorarte cada minuto de mi vida, sólo para ver esa sonrisa que hace que mi existencia recobre sentido.
Uno no elige de quién se enamora, sin embargo, cuando sucede, no quieres alejarte de esa persona que lo provoca.
Desde el principio, supe que era imposible. Lo que no sabía, era que quedaría atrapado en tu mirada; mucho menos sabía que pasarías por alto aquellos momentos que compartimos y que tengo por seguro, nadie más te ha hecho sentir y ni lo hará.
A pesar de todo, contigo le encontré significado a cada canción romántica que aborrecía, que puedo llegar a sentir algo que creí olvidado, que la perspectiva puede cambiar sólo con un abrazo y que el mundo puede detenerse por completo, sólo con un beso.
¿Qué hubiera sido de nosotros en otras circunstancias? ¿Por qué siento que prefieres la estabilidad a tomar el riesgo de ser feliz? Algo que muchos buscan toda una vida.
Esas respuestas sé que las sabes. También sé que jamás me las dirás.
2 comentarios:
Cada palabra es un placer leer y sentir... me da gusto que nuevamente escribas... sabes muy bien que te quiero mucho...
Tercer parrafo muy muy bueno :)
Publicar un comentario